La tradición no consiste en conservar obstinadamente antiguas y moribundas cenizas, sino en transmitir el fuego vivo a quienes vienen después de nosotros. En esto el restorán Rivoli en Santigo ha tenido siempre un lugar destacadísimo.
La cocina romana, que tan bien representa Massimo Funari desde hace varias décadas, hunde sus raíces en el viejo imperio que dio origen a Europa y su cultura, de la cual somos parte en una versión estupendamente mestizada con lo americano. Italia y sus cocinas civilizaron las del resto de Europa con sus productos, especialmente verduras y hierbas frescas, con el refinamientos de los procesos culinarios, como la invención de caldos base, con la morigeración en el uso de las especias, con la maestría en el manejo del azúcar, y en fin, con grandes tratados culinarios y recetarios, entre los que destacan el libro del Maestro Martino da Como y, en el siglo XVI, el Tratado de Barto lameo Scappani, uno de los padres de la cocina moderna.
El Rivoli es el mejor lugar de Santiago para apreciar estas viejas y siempre vigentes virtudes culinarias. Su carta, junto con presentar novedades, está siempre anclada a los platos más queridos de la cocina de Roma y del Lazio, como el saltimbocca alla romana, la bruschetta aal pomodoro, los diversos antipasti con mozzarella, los gnocchi alla armatriciana, los penne alla arrabiata y, en fin, una serie de otros platos que sn ejemlos del confort food del que hablan los angloparlantes y que uno vuelve rápidamente ahí a comer para consolarse. Todo es de calidad casera y prácticamente todos los ingredientes son de producción propia y artesanal, ¡Ah que panes estupendos, que excelentes las ricottas y burratas! Con razón Rivoli es el único restorán chileno que ha sido aceptado por la Guía de la Buena Mesa de la Tradición, publicada para 2019 por la Accademia Italiana della Cucina, en la cual se recomienda no dejar de comer los tortelloni ripieri di formaggio affumicato que prepara Massimo.